Esta copa es excepcional tanto por su factura, belleza y rareza, como por su larguísima y rica historia, envuelta en fabulosas leyendas que la han identificado con la obra del rey Salomón o el Santo Grial.
Está hecha de una pesada malla de oro macizo que encierra tres filas de medallones de cristal de roca y granate, alternados con rombos de vidrio verde intenso, que durante mucho tiempo se creyó que eran esmeraldas, todo ello tallado con florones en relieve en el reverso. El gran medallón central, grabado en camafeo en el reverso, representa a un rey sasánida entronizado en un lecho de banquetes con los pies formados por protuberancias de caballos alados. Vestido con ropajes bordados, adornado con un collar colgante y pendientes en forma de pera, lleva la corona real de compleja arquitectura, tan pesada que durante las ceremonias se sujetaba con una cadena de oro por encima de la cabeza del soberano. Los seis cojines del séptimo lecho de banquetes simbolizan los siete kešvares o climas sobre los que reina como amo del mundo. La estructura de 3 filas de 18 medallones adquiere un valor cósmico. El rey está sentado en el centro del cuenco, como si fuera el centro del mundo del que es el todopoderoso soberano.
La representación del rey es el tema dominante en la plata cortesana. Se le suele representar cazando, pero a veces, como aquí, entronizado. Este motivo puede verse en un cuenco de plata de Strelka
En el Año Nuevo que seguía a su investidura, los soberanos sasánidas recibían una corona de reinado personal. Este es, por tanto, el elemento clave para identificarlos, mediante el estudio de las monedas en las que el rey, siempre coronado, aparece nombrado en una inscripción. Sin embargo, sabemos por los textos que el color, invisible tanto en las monedas como en los vasos, desempeñaba un papel importante en estas variaciones. Además, en las artes preciosas, las coronas no siempre siguen los tipos enumerados. Aquí, la corona almenada está adornada en la frente con una media luna y rematada por otra media luna que rodea el korymbos o globo, el gran moño redondo de los reyes, símbolo del globo solar, enmarcado por cintas.